sábado, 24 de septiembre de 2016

De excursión por Islandia (I)


Con mes y medio de retraso en esta entrada y la siguiente hago un resumen fotográfico de las dos excursiones que hice con algunos compañeros del barco en nuestra estancia en Islandia a primero de agosto.
Seguramente esta sea la tónica habitual del blog....actualizarse solo mientras estoy embarcado porque en vacaciones lo que menos me apetece es sentarme frente a una pantalla.
En esta primera entrada muestro lo más destacado de la primera excuersión, en la que recorrimos la costa suroeste de la isla hasta el pueblo de Vik, distante unos 150 km de Reykjavik.
Como podreis comprobar el hacía un día de sol espectacular lo que contribuyó a que los paisajes que vimos fuesen más impresionantes si cabe.

La primera foto no la tengo ubicada y no era ningún lugar especial. Simplemente fue la primera foto que hice y el sitio me llamó la atención especialmente por la limpieza del cielo y la nitidez de los colores ya a primera hora de la mañana. No serían más de las nueve y la tomé al lado de un bar de carretera donde paramos a tomar un café pues habíamos salido bien temprano del barco.



La segunda parada fue para ver la cascada de Seljalandsfoss pero a esas horas de la mañana el sol todavía se ocultaba detrás de la montaña desde la que cae el agua así que como las fotos que hice por la tarde son mucho más chulas las pondré más adelante.

Así pues vamos con la tercera parada. La cascada de Skógafoss. Impresionante lugar que se descubre de repente después de pasar por un tramo de carretera donde las montañas llegan al borde del mar; de repente se abre una llanura y las montañas se retiran un par de kilómetros y lo que permite ver la cascada desde esa distancia.

Qué lujo debe ser vivir en esa granja que se ve a los mismos pies de la cascada....al menos un día como el que hacía.

El lugar no es solo la cascada sino que por la parte derecha de la misma, tras subir unas quinientas escaleras se puede acceder hasta su parte superior y desde allí parte un sendero que permite llegar tras unos 15 km de recorrido al glaciar y al crater del famoso volcán de nombre impronunciable cuya erupción en 2010 colapsó el espacio aéreo europeo. Nosotros desgraciadamente no teníamos tiempo ni equipamiento para hacer el recorrido pero si nos adentramos un buen trecho del sendero que iba ascendiendo paralelo al río del que pudimos ver varios saltos más de agua. Desde arriba la imagen del río descendiendo la colina con el mar de fondo era espectacular.














De vuelta al coche, seguimos recorrido y la siguiente parada fue el pequeño pueblo de Vik y su enorme playa de arena negra. 





Ya emprendiendo el regreso, a los pocos kilómetros nos detuvimos a comer en la playa de Reynisfjall, en la que pudimos disfrutar en un extremos de las columnas basálticas y en el otro de la colonia de frailecillos que en esas fechas se afanan en la crianza de los últimos pollos de la temporada.











Continuamos y ahora si que pudimos disfrutar plenamente de la visión de la cascada de Seljalandsfoss. Esta cascada tiene la particularidad de permitir caminar detrás de ella.









Y así a última hora de la tarde, aprovechando los larguísimos que son los días en esas fechas, llegamos, ya cerca de Reykjavik, a la famosa Blue Lagoon. Es una laguna semiartificial a la que vierten las aguas calientes sobrantes de la central geotérmica situada en sus proximidades. En las imágenes se ve la parte abierta si bien hay otra zona casi del mismo tamaño que está convertida en un balneario al aire libre.





Y cierro esta entrada con alguna fotos sueltas de tomadas desde el coche de algunas de las decenas de granjas que vimos durante el recorrido. Me sorprendió la cantidad de terreno verde cuando esperaba que fuese la mayoría volcánico (que también lo hay y mucho).


























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