jueves, 3 de agosto de 2017

Una marina mercante de otra época en el puerto de Mindelo


Mientras en el mundo “desarrollado” se habla de autopistas del mar, transporte intermodal, buques especializados, ratios de carga, etc…, algunos miles de kilómetros al sur, existe otra marina mercante ajena a todo ello, que parece haber quedado anclada en las penúltimas décadas del siglo XX. Es el caso del puerto de Mindelo, situado en la isla de Sao Vicente, una de las nueve que componen el archipiélago de Cabo Verde. Como único puerto de la isla y segundo en importancia del país, a través de allí entran y salen todo tipo de mercancías. Podría pensarse que hay extensas superficies para almacenamiento de contenedores, grúas pórtico, tanques para combustible y rampas para cargas rodadas. No es así, no hay una sola grúa fija en el puerto y ni ninguna otra instalación especializada. Nada de esto existe y sin embargo todas las mercancías movidas en ese tipo de instalaciones, se mueven también allí. Se mueven a otro ritmo y de otra forma. 


El "Boavista" cargando mercancias de lo más variadas


Uno de los muelles de Mindelo a pleno rendimiento

Las estancias en puerto de los buques no se miden en horas, sino en días e incluso semanas. La mayoría de buques que operan son el clásico buque de carga general, con un par de bodegas y puntales para la carga y descarga. Hasta es difícil ver alguno con grúas hidráulicas. También había pequeños buques tanque que seguramente se dedican al abastecimiento entre islas, además de viejos remolcadores y un ferry, viejo conocido de los puertos españoles, pues durante muchos de sus 47 años de vida navegó por nuestro país con los nombres de "Islas Pitiusas” y “Volcán de Tindaya”; actualmente se denomina “Mar d’Canal” y cubre la línea entre Mindelo y Portonovo en la cercana isla de Sao Antonio. Todos ellos son barcos que cumplen el dicho de que nacen y operan durante su primera década de vida en el norte de Europa, la segunda década bajan al Mediterráneo y a partir de la tercera van bajando de latitud y en las zonas tropicales estiran su vida útil antes de acabar en el fondo por un corrimiento de carga o varados en alguna playa por un fallo de la máquina en las proximidades de tierra.

El ferry "Mar d'Canal" con su casi medio siglo de vida hace su entrada en Mindelo, mientras otros cargueros esperan su turno.




Óxido, remiendos, nombres repintados, etc.... es lo imagen habitual entre los fondeados en la bahía.

Además de los citados dedicados al cabotaje interinsular, durante los dos días de estancia del B/O Sarmiento de Gamboa a finales de julio, operaban en el puerto un par de mercantes dedicados al tráfico internacional. Uno era un viejo carguero frigorífico, el “New Takatsuki”, que cargaba atún congelado a granel procedente de distintos atuneros españoles que se abarloaban a su costado. Concretamente aquellos días estaba descargando el bermeano “Playa de Bakio”, con 1000 toneladas de túnidos en sus bodegas. Los mercantes frigoríficos son un tipo de buque en clara regresión, debido principalmente a la competencia del transporte en contenedores. Precisamente el otro gran buque en puerto en aquellos días era el portacontenedores “Max Winnner” que cargaba y descargaba contenedores, en su mayoría de cargas refrigeradas. Era el único signo de modernidad en el puerto, pero contagiada por el ritmo tropical pues la carga y descarga se realizaban con las propias grúas del buque y así la operación con cada contenedor emplea un tiempo muy superior a la habitual en una terminal especializada.


"New Takatsuki", "Playa de Bakio", "Chariot" y la popa del "Sarmiento de Gamboa"

El portacontenedores "Max Winner" operando con sus propias grúas

Las mercancías que se veían en los muelles eran de lo más variadas. Así por ejemplo, mientras el “13 de Janeiro” llenaba sus bodegas hasta los topes con carga ensacada, probablemente sal o harina, en el “Chariot” los estibadores iban sacando grifos de cerveza en pallets, el “Playa de Bakio” transfería sus atunes a granel al “New Takatsuki” y el “Boavista” cargaba todo tipo de mercancías, la mayoría en cajas de cartón que se pasaban al barco de mano en mano.
Alrededor y en la cubierta de cada uno de estos buques pululaban hombres como si aquello fuese un hormiguero. Seguramente cada uno tenía su cometido pero a simple vista era difícil deducirlo. Cuando lo habitual en un puerto europeo es ver los muelles prácticamente vacíos con grúas y buques que tal parece que operan autónomamente, allí todo lo contrario. Un batiburrillo de razas, indumentarias, ausencia o presencia de EPIs sin una lógica determinada, prisas, gritos, grupos en animada charla o personal descansando después de su turno en bodega, creaban una atmósfera especial que como decía al principio cada vez es más difícil de ver.

Sirvan las imágenes para ilustrar todo ello. Espero que os gusten.



El "Chariot" descargando grifos de cerveza



El "13 de Janeiro" llenó sus bodegas con carga ensacada, probablemente harina o sal
                           


 
Trasferencia de atunes congelados del "Playa de Bakio" al "New Takatsuki"; era tal la maraña de puntales y cables que se hacía dificil distinguir a que buque pertenecía cada uno


La carga de un solo contenedor empleaba no menos de diez minutos y un número de operarios muy superior a las terminales especializadas


Lo tradicional y la carga contenerizada comparten muelle. Poco a poco se irá imponiendo la segunda
                       






 

 
Charlas distendidas, uniformes y falta de ellos, idem con los epis, mercancias variadas esperando su turno de embarque,....




Destino final de la mayoría de estos buques. En la misma bahía buque varados, buques hundidos y buques a punto de sucumbir ante el soplete