miércoles, 9 de marzo de 2016

Pingüinera de Morro Baily (Isla Decepción)




A mediados de febrero, fuí con unos compañeros a visitar la pingüinera de Morro Baily, situada en la zona sur de la Isla Decepción. Allí acuden cada verano austral unas 120.000 parejas de pingüino barbijo para reproducirse. Es una de las mayores del mundo de esta especie.
La colonia ocupa una ladera pedregosa, sin hielo y acaba en una playa de arena negra de origen volcánico. Los pingüinos entran en el mar por la playa y por ella vuelven después de haberse alimentado y con el buche lleno krill para alimentar a su prole.











El pingüino barbijo (pygoscelis antarcticus) es de tamaño medio, llegando a alcanzar una altura de 75 cm y hasta cinco kilos de peso. 
Su nombre se debe a la apariencia que da el plumaje de su cabeza y cara como si llevase un gorro con barbuquejo.
Se reproduce, formando colonias, en las islas que rodean al continente antártico. El nido es un agujero en el suelo con pequeñas piedras en el fondo. La puesta normal son dos huevos que ambos padres incuban durante 35 días. Después los pollos permanecen en el nido durante 30 días y finalmente pasan a las guarderías donde se agrupan los pollos y son vigilados por algunos adultos. Nacen cubiertos con plumón de color gris y al cabo de unos 60 días ya tienen el plumaje de adulto y se van al mar.


   





  



Nosotros fuimos a visitar la pingüinera a media tarde y a esas horas los pingüinos salían del mar a oleadas. Tras un breve descanso en la playa, que aprovechaban para acicalarse el plumaje, ante la mirada indiferente de los leones marinos, emprenden un largo camino cuesta arriba hasta encontrar a sus pollos y alimentarlos.






 



En la colonia, los pingüinos están distribuidos en grandes grupos que ocupan las zonas más elevadas quedando pequeños pasillos vacíos en medio.
En las fechas de nuestra visita, los pollos ya habían abandonado el nido y se encontraban en la fase de guardería. La mayoría estaban a mitad del cambio entre el plumón y el plumaje definitivo.
Para alimentar a sus pollos, el adulto abre el pico y regurgita el alimento y la cría lo va extrayendo y tragando vorazmente.





























La colonia está continuamente siendo hostigada por depredadores, sobretodo los skuas que sobrevuelan o vigilan desde un alto y en cuanto ven un pollo desprotegido se lanzan a por él.


  


Mientras estuve allí pude ver como entre dos skuas atacaban, mataban y devoraban a un pollo ante la mirada indiferente de varios adultos que estaban en las inmediaciones y  paradójicamente, también vi como se encontraban a otro pollo ya muerto, al cual varios adultos trataban de defender para que no fuese devorado. Finalmente, en este caso, llegó un petrel gigante, mucho mayor que los skuas, y fue el que se quedó con la comida.


















Espero que os haya gustado y para no quedar con mal sabor de boca por la últimas imágenes, para terminar pongo algunas otras de las docenas que tomé durante la excursión. Y también aprovecho para dar las gracias a mi compañero Luis, pues algunas de las fotos son suyas.





     













1 comentario: