Las marismas y antiguas salinas situadas al este de San
Fernando forman parte del P.N. de la Bahía de Cádiz. Presento a continuación
las imágenes de un paseo siguiendo el Sendero del Carrascón, 5,6 km con inicio
y final en la propia población de San Fernando, a una hora “mala” por ser media
tarde y bajo un sol bastante fuerte y con marea alta, pero que aun así ha dado
para un buen día de observaciones y fotos.
Las primeras permiten hacerse una idea del lugar. Marismas
rodeadas de poblaciones relativamente grandes como San Fernando y Chiclana y con vestigios de un
intenso uso pasado por parte del hombre para extraer sal y marisqueo. Hoy día
el espacio protegido y con varias sendas acondicionadas y señalizada sirve como
lugar de ocio para todo tipo de actividades en contacto con la naturaleza.
La siguiente serie de imágenes son algunos ejemplos (pocos),
de las aves más típicas que siempre me encuentro en este tipo de lugar. Me
refiero a los azulones, garcetas, gaviotas y pequeños pajarillos habituales de
los espacios abiertos; en esta ocasión solo se dejó fotografiar una tarabilla
aunque pude ver y sobretodo oir currucas, bisbitas, etc.





A continuación tres imágenes de aves típicas de espacios
intermareales pero que como no son mi fuerte no me atrevo a identificar a
ciencia cierta. Si tuviera que dar un nombre diría que correlativamente son dos
tipos de archibebe y un andarríos. Lo de ponerles el apellido de común, chico,
grande, etc ya lo dejo para otra ocasión.



Para terminar con las aves dejo el plato fuerte de día, que
además ha sido el último en ser avistado. Me refiero a un grupo de flamencos,
casi todos juveniles pero también algún adulto que me permitió las mejores
imágenes.






Aparte de aves puede ver una colonia de conejos (tengo la
duda de si completamente salvajes o asilvestrados), buena cantidad de insectos
como por ejemplo libélulas y los llamativos y numerosísimos cangrejos
violinista, también llamados barriletes o en esta zona bocas. La denominación
de bocas les viene de la costumbre que hay en la zona según la cual los
mariscadores retiran la pinza grande a los machos y se sirve junto con otros
productos en las númerosas freidurías de la zona. Parece ser que al verse sin
la pinza grande, en la siguiente muda el cangrejo desarrolla la del otro lado
como “violín” y la que se regenera como pinza para alimentarse. Así en las
fotos vemos una hembra (sin pinzas grandes) y dos machos, cada uno con el “violín”
a un lado.





En definitiva, un lugar con mucho potencial al que intentaré volver cuando pueda con más tiempo y buscando mejores condiciones en cuanto a luz y marea que permitan más y mejores fotografías.
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