Seguramente han sido miles las CTDs que se han hecho estando
yo a bordo y hasta hoy nunca me había parado a interesarme realmente que es lo
que se hace con este equipo, y la verdad es que es más de lo que yo pensaba.
Son las cuatro y media de la tarde del 28 de junio; el
Sarmiento acaba de posicionarse en el punto designado como Estación 24, un
lugar del océano Atlántico situado a 43º07’N y 17º04’O y con una profundidad de
3780 m. Cuando, desde el puente, el primer oficial de cubierta, confirma que puede empezar la maniobra, el
personal de guardia en ese momento, que son los marineros Alberto y Oscar y el
técnico de la UTM Gustavo, se ponen manos a la obra. La operación consiste
primero en abrir el portón lateral del buque y después mediante la grúa y la
maquinilla de cable echar al agua la roseta.
Seguramente es la operación más repetida de todas las maniobras oceanográficas
que hace el barco.
El técnico de la UTM Gustavo hace los últimos ajustes en la roseta antes de ser echada al agua. |
Alberto, Oscar y Gustavo en plena maniobra Vistas de la roseta a punto de tocar el agua. |
La roseta que se está utilizando esta campaña cuenta con 28
botellas preparadas para coger agua cada una a distinta profundidad. Cuenta
además con un CTD (Conductivity Temperature Deep) que hace un perfil de la
conductividad y la temperatura en toda la columna de agua por la que desciende
y un LADCP (Lower Acustical Doppler Current Profile) que mediante el efecto
doppler permite hacer un perfil de la velocidad de la corriente en la columna
de agua en cuestión.
Una vez la roseta está en el agua, los marineros se retiran
para continuar con sus otros quehaceres a bordo mientras que el técnico Gustavo
se dirige al laboratorio de equipos electrónicos desde donde controlará el
resto de la maniobra a través de pantallas de datos y cuadros de mandos.
Ahora se trata de descender la roseta hasta casi tocar el
fondo, a 3780 metros, a una velocidad de 40 m/min, lo que significa que estará
descendiendo durante hora y media aproximadamente.
En este caso la roseta se llevó hasta 8 metros sobre la
superficie y en ese punto se dio orden de cerrar la primera botella. Estas
órdenes se transmiten a través del cable que la une al barco y por tanto además
de como medio de izado por su interior es un cable de datos.
Al disponer de 28 botellas la altura a la que se cierra cada
una es decisión del responsable de la campaña en función del objetivo de la
misma. En el caso de esta estación, con sus 3780 metros de profundidad se
estableció que desde el fondo hasta los 1000 metros para la superficie se
cerraba una botella cada 250 metros, de
ahí para arriba cada 100 y las últimas cada 50. Para ello, a cada altura
determinada, la maquinilla de izado se detiene, la botella correspondiente se
cierra y la maquinilla continua subiendo la roseta.
Como dato curioso en este caso por ejemplo, el agua en el
fondo estaba a -1ºC y cuando llegó a la superficie esta temperatura ya había
subido a 5ºC. Aún así, quienes procesan las muestras una vez la roseta está a
bordo comentan que acaban con las manos entumecidas debido al frío tras
muestrear las 28 botellas.
Alrededor de las 19:30, tres horas después de haber sido
echada al agua, la roseta vuelve a la superficie y tras una rápida maniobra es depositada
en la vía húmeda.
Arriba, Patricia, Susa y Maribel, tapada por la roseta :-(, en pleno proceso de muestreo. Abajo detalle de la toma de muestras y recipientes para guardarlas.
Ahora es el turno del equipo de muestreo. En este caso
formado por tres chicas, Patricia, Susa y Maribel. Me comentan que esta es una
estación de las que en el argot de la campaña denominan “corta”. Esto quiere
decir que del agua de cada botella, una vez procesada en el laboratorio, se
registraran los datos de oxígeno disuelto, pH, nutrientes y salinidad. En las
“largas” además de los citados se toman datos de CFC, carbono total,
alcalinidad y DOC. Metódicamente Susa y Maribel van extrayendo frasquitos de
muestra y depositándolos en los recipientes adecuados, mientras Patricia toma
anotaciones en una tablilla. El orden es fundamental porque la campaña tiene
previstas más de 120 estaciones y las muestras recogidas serán miles.
Mientras ellas se concentran en su tarea, el Sarmiento se
pone en movimiento en rumbo a la estación 25. Una más, una menos ;-).
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